No se puede negar del todo, que algo más que es vibrante y transciende lo visible existe dentro y fuera de nosotros y nosotras. Y no es tan abstracto como parece, es simplemente energía, la base de todo movimiento.
Nuestro planeta es un organismo vivo que recibe energía del universo, la llamada energía cósmica, y al mismo tiempo, este genera vibraciones y movimientos internos, lo que se convierte en energía telúrica (del latín, tellus, que significa tierra). Si lo imaginamos como un cuerpo, La Tierra posee energías sutiles que constituyen su sistema energético, formando centros o vórtices de energía también llamados “los chakras de la tierra”.
¿Qué son los chakras de la Tierra?
Yendo a lo que nos interesa, los chakras de la Tierra son lugares que nos hacen sentir especialmente bien por su alta vibración energética.
Las culturas ancestrales como los celtas, los incas o los mayas eran conscientes de estos centros energéticos y no es casualidad que construyeran lugares sagrados como templos, megalitos y ciudades sobre estos emplazamientos y que los orientaran de tal manera.
Se dice que hay 7 puntos energéticos de la tierra y curiosamente son lugares preciosos:
- El Monte Shasta, en California
- El Lago Titicaca y el corazón de Los Andes (Cusco y Macchu Picchu)
- Uluru y Kata Tjuta – Territorio norte, Australia
- Glastonbury y Shaftesbury – Gran Bretaña
- Gran Pirámide – Monte Sinaí y Monte de los Olivos, Oriente Medio
- Stonehenge, Gran Bretaña
- Monte Kailash – Montañas del Himalaya, Tíbet
Pero aún hay más lugares de poder. Existen los meridianos o los canales por los que fluye esta energía vital de la Tierra, también llamados “líneas ley”. Y estos lugares, fruto de una combinación energética y geológica a la que no voy a entrar, tienen un poder especial. Hablo de los pies de una cascada, de un lago inmenso, de una cueva o de la cima de una montaña.
En Nepal, un monasterio budista se erige en lo más alto de una colina, de camino al Everest. Allí se encuentran más de 300 monjes y monjas que dedican su vida a la meditación.
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En Perú, en Macchu Picchu, ante la “ciudad sagrada de los Incas” y esas inmensas montañas superpobladas en forma de águila que extiende sus alas, es fácil conectar con esa vibración que supone una carga energética para el cuerpo.
En las Highlands de Escocia, los megalitos y círculos de piedras eran observatorios astronómicos que fueron dedicados a rendir culto a la naturaleza y a realizar rituales sociales. Cada piedra está cargada de una energía especial.
La naturaleza también es un lugar de poder. En Japón, incluso la prescriben como terapia. Pero de eso y de los Baños de bosque ya hablaremos en otro artículo.
¿En qué lugares de poder has estado tú?